Soy Gumercindo Heredia y la historia que les contaré ocurrió en la parroquia de Malchinguí, cantón Pedro Moncayo, en la ladera de Sumir Rumi.
Sucedió cuando estaba pastando a unos animalitos, yo tenía diez años por ese entonces. Transcurría el año de 1967, eran las cinco de la tarde cuando escuché cerca de mí una bella música. En ese momento, pensé que se trataba de la partida tradicional de Malchinguí. Así que fui corriendo a verlos, pero por más que me apuré y miré a un lado y a otro, no encontré a nadie. La música se había ido y ya no se escuchaba nada. Desilusionado, regresé con mis animalitos.
A los pocos minutos, otra vez volví a escuchar la música de fiesta que había oído antes. Al igual que la primera vez, fui corriendo a encontrarme con la gente que suponía venía. Miré por todos lados, pero nadie apareció. La música dejó de escucharse y un silencio sepulcral se apoderó del lugar.
Decepcionado volví otra vez con mis animalitos, pero a los pocos minutos, por tercera vez, volví a escuchar la música de fiesta. En ese instante me dije: “Es la última vez que iré a ver lo qué pasa, no regresaré sin saber qué ocurre”. Miré por todos lados y, al igual que las veces anteriores, me di cuenta de que no había ninguna fiesta.. Un silencio profundo envolvió el lugar.
Esta vez regresé temeroso y aterrorizado, porque todo lo que me había ocurrido era muy extraño. Posiblemente fue el diablo el que me quiso distraer con algún fin. No le iba a dar gusto, me olvidé de la música y reuní a mis animalitos con mucho cariño.
Informante oral
Gumercindo Heredia nació el 12 de enero de 1957, en Malchinguí. Es el primero de 10 hermanos. Trabajó en una florícola durante 30 años y actualmente se encuentra jubilado. Es casado y tiene ocho hijos.