Hablan los maestros

Si queremos cambiar y mejorar la educación en el país, el maestro debe ser lector

Qué envidia me da saber que existen países donde se promedian un alto número de libros leídos anualmente, según Lectupedia y la Organización de Estados Iberoamericanos y la CERLALC:

Francia 17 libros anuales de promedio, España 9.9, Canadá 17, Chile 5.3, pero en el Ecuador de uno a dos libros anuales según las fuentes citadas, cuidado con repetir aquello de medio libro, citando un informe de la CERLALC, se consultó a esa entidad y lo negó, nunca se hizo ese trabajo estadístico ni ese resultado es real.

La Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales concentra su análisis en qué, cuánto, dónde y cómo leen los ecuatorianos. En el país el 57, 2 % de los entrevistados leen libros. A continuación, se revela la cifra del número de libros leídos al año: el ecuatoriano lee 1 libro completo y dos libros a medias al año.

Es interesante saber además que, los ecuatorianos de 65 años optan por el libro impreso (91,5 %), mientras que los de 18 a 34 años consumen libros impresos en menor porcentaje (52,3 %). La brecha etaria también influye en el tipo de libros que se eligen, pues para los lectores de 18 a 34 años su top tres de lecturas está hecho a partir de libros de investigación, ciencias, biografías (29,5 %), textos escolares (28 %) y novelas (11,4 %). Mientras que, los mayores de 65 años consumen libros religiosos (61, 2%), de investigación, ciencias y biografías (15, 4 %), y novelas (9,8 %).

Pero ojo, los maestros poco o nada, no son lectores, no leen, peor por placer y si lo hacen es por obligación, cuando tienen que preparar un discurso en alguna actividad oficial institucional o un motivo cívico se ponen en dificultades, lo hacen temblando y leyendo mal, sin respetar las pausas que obligan las puntuaciones de su discurso. No escriben, no producen, no se innovan, no se preparan, la educación no mejora, obviamente no se puede generalizar pues existen honrosas excepciones, faltaba más.

Lolita Aguilar (Costa Rica) tiene formación como docente de Castellano y Literatura, capacita a los profesores en diversas áreas, principalmente en la promoción de lectura utilizando el teatro y sus elementos para fomentar en los docentes y en los niños el gusto y el placer por la lectura. Decía en uno de sus artículos:

… “El maestro que no lee es como un niño que no juega…cuando un texto permite que además del disfrute haya un aprendizaje, es un texto completo, es un texto que cambia vidas…Cuando un docente se niega a leer y a motivar a sus estudiantes a través de los textos leídos, les está negando el placer del aprendizaje significativo, se le niega el gozo de la educación; estaría favoreciendo únicamente la retención de contenidos aislados unos de otros. La lectura une, integra, fortalece, da sentido, da bases, da valores, da argumentos, da ortografía, da estructuras da expresión. No le niegue más esta gama de experiencias placenteras a sus estudiantes y no se la niegue a usted mismo.”